
Nombre:Amaya García
Edad: 25 años
Carrera estudiada:Licenciatura en Química
Másters:Ciencia e Ingeniería de materiales ( Carlos III, Madrid )
Idiomas: Castellano, Francés e Inglés
País : Francia

''Me adapté muy bien y
enseguida.''
¿Qué te llevó a estudiar en el extranjero?
Quería vivir una experiencia de independencia en otro país y aprender su idioma. Me apetecía viajar y conocer gente.
¿Cómo conseguiste llegar a marcharte?¿Con quién hablaste para conseguirlo?
Tomé la decisión en segundo de carrera cuando una chica que había estado de Erasmus en Lille nos contó su experiencia. Me encantó. Tomé la decisión prácticamente en ese momento. Transmití la decisión a mi coordinadora de curso y más adelante contacté con el departamento de la Universidad de Navarra que gestiona los estudios en el extranjero.
¿Por qué Francia?
Las posibilidades de elección del país en mi caso fueron bastante limitadas ya que sólo se nos ofrecieron dos posibilidades: Lille (Francia) en tercer curso y Roma (Italia) en cuarto curso. Elegí Francia porque ya sabía algo de francés y porque la universidad de destino tenía buena reputación.
¿Te hacía falta nota media para ir?
No, el único requisito era aprobar todas las asignaturas de primer y segundo curso.
¿Tuviste dificultades con el cambio? (visado, requisitos, idioma…)
No fue excesivamente complicado. Francia pertenece a la Unión Europea así que no es necesario un visado. Para acceder a la sanidad hay que solicitar previamente en España la tarjeta europea sanitaria. El idioma tampoco fue un problema ya que lo conocía.
¿Cómo te sentiste el primer día?
Entusiasmada, con muchas ganas de conocer a gente nueva. También sentí un poco de miedo y respeto porque nunca sabes lo que te vas a encontrar. Yo fui con dos personas más de la Universidad de Navarra lo cual me ayudó bastante y lo hizo todo más fácil porque en los momentos de bajón te apoyas en ellos, son como tu familia.
¿Te adaptaste bien?
Sí, me adapté muy bien y enseguida.
¿Te resultó dura la estancia?
No mucho porque sabía que era temporal, un año, así que decidí aprovecharla al máximo. Intenté viajar siempre que tenía la ocasión lo cual fue fácil ya que Lille se encuentra en un punto estratégico para visitar Bruselas, Londres, Paris, Amsterdam, Luxemburgo, etc.
¿Cómo era el modelo de las clases francés?
En Francia potencian mucho las prácticas y enfocan los estudios tanto a la industria como a la investigación. Era obligatorio realizar prácticas, prácticas remuneradas, en empresas desde el primer curso durante el verano. Creo que es indispensable el contacto del estudiante con el mundo laboral desde el principio.
¿Y el trato con los profesores?
En general fue bueno, nos trataron igual que al resto de alumnos. La acogida por el grupo internacional fue excelente: nos recibieron a la llegada, nos enseñaron el campus y la residencia y organizaron varios eventos para que conociésemos al resto de alumnos internacionales del campus. También nos ayudaron con algunos trámites como la apertura de la cuenta bancaria y el papeleo administrativo de la universidad.
¿Dónde te alojabas?
Durante los 6 primeros meses viví en una residencia del campus de la universidad. Luego me mudé a un piso del centro de la ciudad con una chica española y una francesa.
¿Es cara la vida en Francia?
La vida en Lille con respecto a Pamplona es similar. Las residencias en Francia son muy baratas, alrededor de 200 euros mensuales, aunque las habitaciones son pequeñas y se comparten tanto el baño como la cocina. Los pisos en el centro de la ciudad rondaban los 300-400 euros por habitación. Además, generalmente por ser estudiante te dan una ayuda para el alojamiento, Caf, que no viene nada mal.
¿Qué diferencias has encontrado?
Muchas. Francia y España son países muy diferentes a pesar de estar tan cerca. Las principales diferencias que encontré, como en cualquier otro país, fueron: la comida, los horarios, los “protocolos” sociales (se saludan con 2 besos en la mejilla o incluso 3 dependiendo de la parte de Francia de donde procedan), en definitiva, el trato con la gente.
¿Qué es lo que más te gustó? ¿Y lo que menos?
Me gustó todo: la gente que conocí, los sitios que visité, las anécdotas que viví. Fue una experiencia increible.
¿Ya por último, crees que es cierto que la vida del estudiante es mejor que la del trabajador?
Creo que cada etapa tiene su momento y hay que saber vivirla y aprovecharla. Si realmente has disfrutado de tu vida estudiantil la recuerdas con mucha alegría pero no la echas de menos. Durante la vida laboral también se te plantean proyectos muy interesantes.